sábado, 5 de julio de 2014

Cartas de hospital

22 de diciembre del 2009

Alexander mi amor:

Llegará el día en que estemos juntos los tres en nuestra casa.
Llegará el día en que solo te vea llorar por no haber cumplido un capricho tuyo.
Llegará el día en que veas a los médicos y enfermeras como amigos que te cuidan.
Llegará el día en que tus abuelos te mirarán y no se preocuparán.
Llegará el día en que sonreirás a nuestro lado, nos abrazarás y besarás de alegría.
Yo más que nadie deseo que ese día llegue.
Ahorá esperaré y me alegraré con cada adelanto que muestres.

Ese día no te amaré más que ahora, porque el amor que te tengo,
surgió desde que supe que estabas en mi interior,
desde que oí tu corazón y te sentí moverte,
ese es un amor que ha ido creciendo contigo,
es un amor que no puedo medir, ni comparar,
por eso, no te amaré más, ya te amo sin medidas.

Tu madre que te ama.

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Jueves 31 de diciembre de 2009

Hoy es jueves 31 de diciembre del 2009, es el último día de este año que me trajo tanta felicidad y tristeza.
estoy al lado de quien se ha convertido en el ser más importante de mi vida: mi primer, único y amado hijo.

Hoy no estoy triste, hoy estoy emocionada y orgullosa de haber tenido un hijo tan fuerte y valiente.
Mis deseos para este año que comienza en pocos minutos son todos para él.

Alexander:
-Deseo que sigas siendo tan fuerte y valiente como lo has sido hasta ahora.
-Deseo que pronto encuentren una solución que te lleve a la recuperación completa de tu salud.
-Deseo que este año nuevo estes al lado de tus padres en nuestra casa.
-Deseo que Dios siga siendo misericordioso con nosotros y nos de el gran regalo, el enorme galardón de tu salud.
-Deseo verte sonreir, platicar y exigirnos atención con tus palabras.
-Deseo tu felicidad, que es también la nuestra.
Que Dios te bendiga en abundancia amado hijo.

viernes, 4 de julio de 2014

Quédate conmigo

Y un día dije que no importaba ese momento,
que llegarían mejores tiempos para nosotros.
Yo no se si mañana podré reirme
yo no se si mañana encontraré tu rostro,
yo no se si mañana te causará gracia.
Sólo se que mañana quiero verte.

A veces me atormenta intentar no pensar,
buena jugada me ha hecho el destino,
la persona que siempre pensó en las consecuencias de cada uno de sus actos,
que siempre renunció a los placeres porque creía que al actuar bien, debía irte bien en la vida,
se encuentra todos los días con esa batalla interna de borrarse el futuro posible,
de no pensar en lo que vendrá, en tratar de buscar felicidad en los breves momentos de calma.

A veces creo que enloqueceré, o si acaso esto no habrá ocurrido ya,
a veces me miro siendo innecesariamente cruda,
me miro llevando una vida normal, que dista de serlo en estos cinco años.
A veces me miro mas vulnerable, y ya ni recuerdo si siempre he sido así.
O es sólo tanto dolor guardado, apachurrado, exprimido y contenido.
A mi aún me sales debiendo Vida, por eso no estamos en paz.

Sólo se que mañana quiero verte
y que seas tú quien me vea desaparecer.